domingo, 6 de julio de 2008
La ética protestante y el espíritu del capitalismo, (1904-1905) es una de sus obras más famosas. Con ella, Weber pretendió demostrar que los valores éticos y religiosos habían ejercido una importante influencia en el desarrollo del capitalismo. Según su perspectiva, la Reforma Protestante, que había sacudido a la escala de valores anterior, feudal, de la Iglesia Católica, había permitido el desarrollo del capitalismo.
Weber sostuvo una perspectiva crítica con respecto al determinismo económico de la teoría marxista, dando importancia a los valores. Estableció un modelo de análisis sociológico que mostraba las acciones humanas clasificándolas según estuvieran relacionadas con los fines o los valores. Entre sus concepto principales está la división de la ética de la convicción y de la responsabilidad, que conviven de manera conflictiva en la conducción política.
Racionalidad y dominación en Weber
La obra de Max Weber puede entenderse como un intento de comprender los aspectos técnicos y burocráticos del capitalismo. Su obra más importante es “Economía y Sociedad” y aspira a conocer el presente remontándose con frecuencia al pasado.
Para Weber su teoría política reside en los valores que la historia y la tradición nos han ido inculcando. Según él, el trabajo del investigador científico debe basarse en la formulación de juicios de hecho verificables y, en tanto sea posible, objetivos. Para Weber el Estado es aquella institución que emplea la dominación atribuyéndose, ya sea legítimamente o no, el monopolio de la coerción física. Los ciudadanos se convierten en sociedad civil y son aquellos grupos de ciudadanos que aceptan la dominación.
Para Weber será importante disminuir la presión del Estado, disminuir la burocracia y someterla a un control político. Partiendo de este presupuesto realista de la dominación, Weber constituye su famosa Tipología de los Poderes sobre los diferentes tipos de dominación:
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Dominación carismática: se da en sociedades primitivas. El poder es encarnado por el líder, aquél que consigue demostrar un poder trascendente y extraordinario. A través de la magia o la religión se erige en un ser elegido mediador entre la sociedad y dios (comunidad y fuerzas espirituales).
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Dominación tradicional: la comunidad reconoce y acepta el pasado como base constitutiva del presente. El pasado se encarna en herederos que son reconocidos como tales no por realizar algo extraordinario sino por tradición ancestral (sacerdotes / monarcas).
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Dominación racional o legal: el Estado y la burocracia son el máximo poder garante de la justicia y la eficacia.
En su libro, “La ética protestante y el espíritu del capitalismo” (1904/05), refleja el contraste en la sociedad moderna del pasado religioso y el capitalismo. Weber señala las semejanzas entre la ética calvinista y la ética del trabajo y el ahorro: renuncia a una vida placentera, predestinación, represión de todo impulso sensual mediante el trabajo, etc.
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