La Oratoria: Sus Principios

domingo, 29 de junio de 2008

INTRODUCCIÓN:

La palabra es la manifestación más elevada de la naturaleza humana. Ella expresa una idea, que puede generar otras ideas. En este sentido, la conversación es un juego que consiste en lanzar ideas.
El arte de hablar y escribir correctamente ha sido definido como Gramática. Sin embargo, muchas personas que conocen sus reglas exactamente, no poseen facilidad de expresión.
Por eso es que, desde hace algunos años, surgió la conciencia de una ORATORIA PRÁCTICA, que conservando los elementos de la Retórica (arte del buen decir), se introdujo en las variables más importantes de la conducta humana.
La Psicología, la Sociología, la Filosofía, las Ciencias de la Educación y otras disciplinas humanísticas importantes, aportaron elementos que permitieron el avance. Hoy la Oratoria (ya como disciplina independiente), se encuentra en condiciones de afirmar que LA CAPACIDAD DE EXPRESIÓN PUEDE MEJORARSE MEDIANTE PRINCIPIOS.

PRINCIPIOS

1. NO ABANDONAR EL TEMA: La disertación debe tener un objetivo y hay que avanzar hacia él en forma progresiva. Sin embargo, existe el peligro de que al enriquecer la charla con ejemplos y referencias, el disertante se aparte del tema central. Es necesario que el orador persista en su tema; evitando al mismo tiempo interrupciones, cuando éstas deriven la cuestión hacia temas tangenciales.

2. ORIENTACIÓN: Los aportes de los oyentes resultan muchas veces positivos y ayudan al orador. Pero, en ciertas ocasiones, hacen que el discurso entre en un cauce trivial, o se aparte del primitivamente propuesto. Existen procedimientos para encauzar la conversación que puede utilizar el orador, por ejemplo decir “...sus palabras me traen a colación...”, o ”...eso me recuerda...”. Cualquier procedimiento empleado debe ser cuidadosamente escogido a efectos de no ofender al oyente.

3. IDEAS Y TEMAS: Las primeras surgen en función de la experiencia y de la habilidad para manejarla. La persona que tiene ideas puede apelar a ellas en cualquier momento. No se puede sostener una conversación si no se tiene algo que decir; todos tienen una interesante gama de conocimientos, pero generalmente permanecen latentes y sin utilización.
En cuanto al tema, debe ser uno sobre el que el orador tenga una posición formada, que pueda hablar con autoridad y al mismo tiempo le apasione. De todo se puede hablar, pero los temas debe buscarlos el orador dentro de sí mismo, más concretamente debe recurrir a:

a) Sus experiencias
b) Sus creencias
c) Sus estudios
d) Sus proyectos
e) Sus emociones
f) Sus sentimientos
g) La experiencia ajena

4. EJEMPLOS: Generalmente el orador trata que su discurso “penetre” fácilmente en el auditorio, y choca con el inconveniente de la abstracción de sus ideas. La correcta ejemplificación, con relatos y objetos concretos, soluciona el inconveniente y clarifica la exposición.
Un orador puede decir “Los escritores argentinos son muy inteligentes”. Podría suceder que algún oyente conozca algunos escritores que no participen de esa cualidad y no creyera en el juicio del orador. Entonces, sería más correcto decir: “Los escritores argentinos, como por ejemplo NN, XX, etc., son muy inteligentes”. Además podría aportar algunos datos sobre la personalidad de esas figuras que refuercen su concepto sobre ellos.

5. COMPARACIONES: Este principio consiste en buscar elementos conocidos por el auditorio, que tengan analogía con el tema del orador. La comparación puede ser, por ejemplo, entre el funcionamiento de un radar y el rebote de una pelota o “es tan inquisitivo como un rayo X”, o “es tan alto como un obelisco”, etc.

6. CONTRASTES: Su uso tiene los mismos efectos que el principio anterior, pero se basa en el caso inverso. Es decir, debe buscarse alguna relación llamativa entre dos elementos para captar la atención del auditorio. Por ejemplo el siguiente relato: “hace 70 años se encontró en un lago de la India un terrible monstruo que medía 120 metros de largo, 15 de ancho y 22 de altura, siendo su peso aproximado de 100 toneladas, pero su cerebro apenas tenía el tamaño de una bola de billar”.

7. ESTADÍSTICAS: Su perfecta utilización constituye una valiosa ayuda para el orador. Sin embargo, una gran cantidad de datos estadísticos intercalados en la exposición puede llegar a aburrir al auditorio, por lo cual éstos deben ser utilizados con un criterio adecuado.

8. DETALLES: Su eficiente uso da brillo a la exposición, pues presenta un paisaje muy difícil de olvidar. Una misma disertación puede ser enfocada como un relato objetivo de los hechos, o matizada con una serie de detalles que amplíen o mejoren la exposición.
Sin embargo, la experiencia ha demostrado que el uso incontrolado de los detalles produce aburrimiento y alejamiento de la idea central.


Veremos dos maneras de decir lo mismo, con la diferencia del uso de detalles.

a) cién cuando el vecino me avisó, me di cuenta del incendio en la casa contigua a la mía. Fue un gran desastre, especialmente por las pérdidas materiales. Por poco no hubo víctimas”.


b) (con detalles) “Dormía plácidamente en mi habitación cuando golpearon desesperadamente a mi puerta. Con no poca dificultad y rabia me levanté de la cama y llegué hasta la puerta. Al abrirla, vi a mi vecino haciendo gestos que no comprendía. Luego de un instante, se tranquilizó y me avisó que se incendiaba la casa de pensión contigua a nuestro edificio. Recién al mediodía los bomberos lograron controlar el fuego; el cuadro era tremendo. El efecto del fuego y del agua, había destrozado y arruinado todo el mobiliario de la casa; nada quedó en pie. Pero afortunadamente, al iniciarse las primeras llamas, los inquilinos de la pensión alcanzaron a huir, salvando así, milagrosamente, sus vidas”.

Como se puede apreciar, existe una gran diferencia entre estos dos discursos.
Pero también en este párrafo se aprecia que el uso incontrolado de detalles podría resultar negativo.

9. TESTIMONIOS: En los discursos basados en relatos e informaciones, es necesario valerse de testimonios que aseveren la veracidad de lo expuesto. Estas pruebas deben ser, por supuesto, conocidas por el auditorio. Otra forma de utilizar testimonios es la referencia a opiniones de personas importantes o muy conocidas, lo cual produce un respeto por la información transmitida.

10. CRECIMIENTO DE LA IDEA: El orador debe pensar continuamente en las posibles mejoras y ampliaciones que pueden tener sus ideas. Ya se encuentre en su trabajo, en su hogar, o en cualquier instante, pueden acudir a su mente pensamientos que enriquezcan sus ideas. De esta manera las charlas adquieren un tinte auténticamente personal, al darle al inconsciente la posibilidad de hacer conexiones ingeniosas. Todo nuevo aporte a nuestra idea, debe ser anotado esquemáticamente a efectos de recordarla posteriormente.

11. INDIVIDUALIDAD: El principio anterior estaba dirigido a la individualidad del discurso, que significa no copiar pensamientos ajenos sino hacer crecer las propias ideas hasta transformarlas en creación individual. En primer lugar las ideas deben buscarse dentro de uno mismo, tal como vimos en el principio correspondiente. Pero también se puede motivar el crecimiento de la idea, organizando debates y discusiones con amigos, y rescatando lo positivo de los pensamientos de otras personas.

12. ORGANIZACIÓN DEL MATERIAL: Dada la importancia fundamental que reviste este principio, en este material hemos dedicado una clase especial a su estudio, y a ella nos remitimos.

13. AUDITORIO: El conocimiento de las características del grupo ante el cual el orador debe exponer es tan importante que llega a decidir la forma y el fondo de los discursos. Los datos que interesan del auditorio son, entre otros, su interés por el tema (el porqué), su nivel social, económico, educacional, intelectual, etc. De todos estos elementos el orador debe inferir cuál será la probable reacción del grupo ante él (hostil, neutro o amistoso).
“La capacidad del auditorio define la profundidad con que se exponen los temas”.

14. LENGUAJE UTILIZADO: Relacionado con el principio anterior, consiste en las características del léxico a utilizar. Este puede ser técnico, científico, simple, etc. La elección está determinada por el tipo de auditorio.
Una conferencia sobre anatomía será expuesta con diferente lenguaje según el auditorio sea de profesionales médicos o de estudiantes secundarios.


A continuación expresaremos un concepto económico con palabras técnicas y luego con léxico común a fin de verificar las diferencias entre ambos.

a) “En competencia perfecta, el precio está dado por la intersección de las curvas de la Oferta y la Demanda, proyectadas sobre un eje de coordenadas cartesianas” .

b) “Cuando se conocen todos los compradores y vendedores, y ninguno de ellos puede fijar el precio por su cuenta, (competencia perfecta), dicho precio es establecido como si hubiera un acuerdo tácito entre las dos partes, y ninguno lo modifica”.

15. ADAPTABILIDAD: Una vez que el orador conoce perfectamente el tipo de auditorio que le ha tocado, debe estar facultado intelectualmente para adaptarse al mismo. Los oradores experimentados tienen un sentido especial para adaptarse a los cambios anímicos del auditorio durante el discurso. Un aspecto muy relacionado con la capacidad de adaptarse a nuevas circunstancias en el discurso es el dominio de un principio muy importante:

16. IMPROVISACIÓN: Siempre está la posibilidad de que en algún momento, cualquiera deba hablar sobre un tema que previamente no conocía. En estos casos debe improvisarse. Sin embargo, la improvisación nunca es total, siempre se acude a algún elemento adquirido con anterioridad. Pero esta experiencia hay que saber utilizarla, y un método sencillo y práctico es:

a) Estar mentalmente preparado para improvisar en cualquier reunión
b) Relacionar rápidamente el tema con alguna experiencia personal
c) Relatar la experiencia y luego continuar con el desarrollo del discurso.

Supongamos que a un orador le piden que hable sobre los “Ruidos molestos” en una reunión a la que concurrió sin saber que debería exponer ese tema. Siguiendo las técnicas descriptas, debe empezar: “Hace unos quince días, me encontraba en la casa de un amigo; un departamento sobre la calle Viamonte en un primer piso. La cercanía a varias oficinas públicas, especialmente los Tribunales, y la hora de gran movimiento de vehículos, hacían de esa visita algo insoportable...“ Luego le resultaría muy sencillo esbozar una crítica a los ruidos molestos y sintetizar los conceptos fundamentales sobre el tema.


Un orador que cultive el arte de la improvisación habrá desterrado la rigidez e inflexibilidad en sus exposiciones.
Existen algunos ejercicios que ayudan a mejorar la capacidad de improvisar.

a) Desarrollar diariamente cinco temas distintos durante un minuto cada uno, sin preparación anterior.
b) Reunirse con un grupo de amigos y practicar el cuento encadenado, que consiste en un relato comenzando por alguno de los presentes y continuando sucesivamente, sin pausas, por los demás uno a uno.
c) Otro ejercicio, en grupo, consiste en agregar ideas a un concepto central. Por ejemplo, que cada uno diga un pensamiento distinto al de los demás, referido a un objeto o situación.

17. OCASIÓN: Es un principio de la oratoria conocer la ocasión y circunstancias en que se desarrollará el discurso. Son puntos importantes a tener en cuenta por el orador los siguientes:

a) Naturaleza de la ocasión
b) Tiempo acordado para exponer
c) Tamaño, acústica y ayudas visuales en la sala
d) Cantidad de oyentes
e) Si es el único orador o, de lo contrario, en qué orden hablará
f) Temas que tocarán los demás oradores, si los hay .

18. SINCERIDAD: Todos los conceptos que vierta el orador, deben ser fiel reflejo de su forma de pensar. Para ello, juega un papel fundamental la elección del tema, pues debe ser uno realmente sentido por el orador. Esto da una dosis afectiva al discurso que despierta un interés en los oyentes muy superior al del mero conocimiento intelectual del tema por el expositor.

19. CONFIANZA: Es condición necesaria para no fracasar como orador. La forma de lograrla está desarrollada en una clase especial de este tomo, a la cual nos remitimos (El Miedo Oratorio, como enfrentarlo).

20. IMAGINACIÓN: El buen orador debe tener una buena dosis de imaginación. Es una facultad que permite poner nuevos matices a nuestras ideas.

21. SENTIDO DEL HUMOR: Es un arma que, sabiéndola utilizar, se convierte en un gran aliado del orador, al despertar y mantener la atención de los oyentes. En un capítulo de este tomo el lector encontrará mayores explicaciones sobre el discurso humorístico.

22. SENSIBILIDAD: Constituye la posibilidad de emocionarse durante la disertación; no debe confundirse con sensiblería. No debe abusarse de este elemento, sino utilizarse como un toque oportuno, sincero, justo y certero. Es necesario elegir el momento adecuado para la pincelada emotiva.


El buen orador debe realzar sus sentimientos; para lograrlo debe relatar alguna experiencia en primera persona pues el auditorio siempre quiere saber qué siente el orador. No finja sentimientos; pero tampoco los reprima si son auténticos.
“El puente se establece más de corazón a corazón que de cerebro a cerebro”.

23. SENTIDO COMÚN: Es un elemento indispensable para no caer en el ridículo o en las excentricidades. No sólo debe darse a nivel de las ideas, sino también en la presencia física (vestimenta, poses, movimientos, etc.).
Oradores con gran material teórico y buenas técnicas fracasan por la falta de criterio y sentido común.


24. MEMORIA: Sin ella jamás se llega a ser un buen orador. Dada la importancia de este tema, lo trataremos en este mismo ejemplar en la parte correspondiente a Organización del discurso.

25. HONESTIDAD: Es un aspecto que a pesar de su gran importancia no requiere mayores comentarios. Sólo cabe destacar que el orador debe siempre actuar con la verdad, sin ocultamientos ni falsedades.

26. MODESTIA: Si bien el orador debe dar una imagen excelente de su figura, nunca debe abusar de la ignorancia del auditorio, ni subestimarlo jamás.

27. ENTUSIASMO: La mayoría de los éxitos se deben más al entusiasmo que a la capacidad. Muchas veces puede compensarse un bajo conocimiento del tema con una amplia dosis de entusiasmo. Por el contrario, oradores sin ese poder, fracasan a pesar de su gran capacidad.

28. POSICIÓN: Es un principio muy vinculado a los restantes y condiciona el éxito de la exposición. Es aconsejable eliminar la rigidez física durante la disertación, mediante una correcta movilización y utilización de manos, ojos y rostro.


Los gestos espontáneos permiten lograr soltura mental y emocional, factor importante de desinhibición, al mismo tiempo que mantienen al auditorio interesado. Muchos errores en la posición pueden descubrirse practicando frente a un espejo.


Las manos caídas a los costados, la mirada floja y la distensión son los puntos fundamentales a tener en cuenta. Debe siempre evitarse tener en las manos objetos que puedan desviar la atención de los oyentes. Pero en aquellas circunstancias en que es necesario valerse de ayudas visuales u otros elementos, hay que darles un tratamiento especial: no mostrarlos hasta que estemos dispuestos a usarlos; en ese momento, todos deben verlos y la disertación debe dirigirse al auditorio y no a esos objetos. Cuando termine la necesidad de utilizarlos, deben ser guardados de modo tal que nadie los vea (evitando distraer la atención de los oyentes).
El orador debe programar exactamente el uso de pizarrones, cartulinas, diapositivas, etc. definiendo cuándo se utilizarán.


Un aspecto importante para maestros y profesores es borrar del pizarrón anotaciones efectuadas previamente y sacar carteles y otros elementos que no tengan relación con su exposición, porque son motivo de distracción para el auditorio.


Con respecto a los ojos. El orador debe repartir la mirada en todos los oyentes sin que se pose demasiado en alguno de ellos en particular. Provoca gran malestar en el oyente sentirse mirado por el orador.
Un defecto de muchos oradores consiste en los tic nerviosos. Pueden eliminarse con un tratamiento psicológico adecuado y un severo control físico. Otros expositores fuman durante su discurso, lo cual provoca pérdida de atención por parte de los oyentes.


La posición más adecuada para hablar en público es de pie; sin embargo es conveniente sentarse por breves momentos, a efectos de descansar, tanto el orador como el auditorio.

29. INFORMACIÓN: Un buen orador debe mantenerse actualizado. Para ello es conveniente la confección de carpetas por temas, con varias ideas, que se van desarrollando y ampliando a través del tiempo.

30. PRÁCTICA DE LA EXPOSICIÓN: Este principio se aplica a modo de ensayo, a efectos de corregir posibles errores. Una forma es ante el espejo, tratando de corregir defectos posicionales. También es conveniente practicar ante algunas personas que se encargarán de criticar errores en la exposición.


Una gran ventaja de la práctica es que sirve para desarrollar el diagrama memorizado. El discurso no conviene exponerlo en forma leída ni totalmente memorizado. La práctica debe ser de desarrollo de ideas y no de repetición de palabras.

31. BASTONCILLOS: Son aquellas palabras que utilizan por lo general los oradores para apoyarse en la exposición. Son, por ejemplo los vocablos “bueno”, “este” etc. Otro bastoncillo muy frecuente es toser en las pausas.

32. ACTUACIÓN: Solamente mediante la práctica, es decir la vivencia de experiencias positivas, puede ponerse en marcha todo el engranaje teórico de la oratoria. Es por esto que constantemente aconsejamos a nuestros alumnos la práctica en la expresión oral.

33. REPETICIÓN: Este principio de la oratoria consiste en la técnica de volver sobre las ideas principales. Se trata de repetir varias veces en la exposición las ideas fundamentales, siempre con palabras distintas, a efectos de no cansar a los oyentes.

34. ACUMULACIÓN: Cada idea principal, debe ser explicada con complementos y detalles que la refuercen, desarrollen y aclaren.

35. LIMITACIÓN: Es un principio que está en conflicto con los dos anteriores. El buen orador sabe cómo pesar la importancia de las cuestiones que trata. Consiste el principio de la limitación en la brevedad del discurso. Se estima en 20 minutos el tiempo máximo de un buen discurso y, por lo tanto, es imposible exponer más de tres ideas principales. Además, deben programarse los complementos y detalles, a efectos de no cargar demasiado la explicación de alguna idea principal a costa de otras.

36. PODER DE RESERVA: Generalmente el auditorio formula preguntas sobre los temas tratados en la exposición, el orador debe fomentar esta costumbre. Pero también el disertante puede dirigir el sentido de las preguntas hacia los puntos que él conoce. Para ello es preciso reservar una cantidad de conocimientos para ser utilizados en la respuesta de las preguntas o para ampliar el tema.

37. NO POLEMIZAR: No siempre las preguntas de los oyentes son bien intencionadas. Pudiera darse el caso de alguien que desee molestar o desacreditar al orador con preguntas capciosas o incómodas. Pero la actitud del orador debe ser siempre como si la pregunta fuera correcta. Nunca debe entablarse una polémica entre orador - auditorio. Nada se gana con una discusión; por el contrario, la mejor manera de ganar una polémica es evitarla. En caso de ser necesario llamar la atención de algún oyente, debe hacerse en forma indirecta, sin personalizar.
Si se tratara de alguna pregunta molesta debe actuarse de acuerdo a las siguientes técnicas:

1. Examinar la pregunta en busca de ambigüedades
2. Obligar al inquisidor a definirse
3. Mantenerse siempre a la ofensiva, no permitiendo que el inquisidor, o todo el auditorio, tomen las riendas de la exposición.
4. Poner al inquisidor en su lugar con una contra - pregunta que lo silencie.
5. Luego de terminar con el inquisidor agresivo. No prestarle la más mínima atención.
6. Usar un recurso humorístico, pero nunca a costa del inquisidor.
7. Nunca contestar una pregunta con deshonestidad. Si no se sabe la respuesta, expresarlo.

¡EL ORADOR NUNCA DEBE ENOJARSE!

38. HABLAR EN PRIMERA PERSONA: El orador nunca debe decir “usted”, sino “nosotros”. Al usar expresiones en tercera persona, se da una impresión de superioridad muy molesta, que debe evitarse.

39. CULTIVAR LAS PAUSAS: Es una buena medida para dar un descanso al auditorio y a uno mismo. Además, tienen el efecto de ponerse a tono con los pensamientos del auditorio. Las pausas no deben ser mayores de 2 segundos.

40. GRAMÁTICA: Es imprescindible que el orador respete las reglas gramaticales.

41. VOCABULARIO: A continuación daremos algunos ejercicios tendientes a mejorar y ampliar el vocabulario o léxico.

a) Evitar vulgarismos: Anotar las palabras que más usamos en nuestro vocabulario y luego buscar sinónimos que las sustituyan. Por ejemplo, la palabra “bueno” es utilizada como único adjetivo descriptivo y calificativo, cuando en realidad podríamos valernos de muchos otros.
Además de estas palabras, deben también evitarse las frases muy trilladas tratando de utilizar oraciones propias que caractericen una expresión personal.
Por supuesto que palabras y frases no autorizadas por el buen decir deben eliminarse por completo.
b) Ampliar el vocabulario: Anotar un mínimo de 5 palabras nuevas por día con su significado. Luego utilizarlas ese día en la conversación normal por lo menos 5 veces cada palabra. Esto produce un rápido enriquecimiento del léxico.
c) Romper la monotonía: Generalmente usamos uno o dos sustantivos y adjetivos en nuestra conversación. Debemos buscar varios sinónimos de adjetivos que describan un objeto. Como práctica, dar doce características distintas (adjetivos) de un objeto, por ejemplo la montaña, el mar, el cielo, etc.
d) Buscar sinónimos: Tomar un texto cualquiera de pocas páginas y cambiar los sustantivos y adjetivos. Para cada palabra habrá varios sinónimos, pero sólo uno será el correcto, el que no altere el sentido del texto. Esta ejercitación, si se hace con perseverancia, brinda excelentes resultados de enriquecimiento del vocabulario.
La ampliación del léxico debe ser una motivación constante del orador. Basta con algunos minutos diarios de práctica todos los días. En la lectura y la audiencia deben encontrarse frases y expresiones originales que de inmediato pueden incorporarse al vocabulario.

42. LANZAMIENTO DE LA VOZ: El orador debe llegar con su voz a todo el auditorio. Para ello es preciso que siga algunas técnicas adecuadas.
a) Tórax erguido: ya sea de pie o sentado, el tórax debe mantenerse en forma recta, sin curvaturas. Esto amplía la capacidad torácica permitiendo una mayor tonalidad vocal.
b) Respiración adecuada: La inhalación debe efectuarse por las vías nasales y la exhalación por la bucal. Esto evita el resecamiento de las cuerdas vocales puesto que las fosas nasales tienen la propiedad de humedecer el aire.
El ritmo respiratorio debe ser mantenido constantemente y adecuar las oraciones a ese ritmo, esto, evita los molestos cortes “para respirar” mientras se pronuncia una frase.
Por último, la respiración debe ser diafragmática. Esto significa inhalación profunda con dilatación del diafragma; exhalación lenta acompañada de contracción del diafragma. Este músculo abdominal debe actuar como fuelle que aspira y empuja el aire.
c) Relajación muscular: Los únicos músculos que deben estar tensos, son los que permiten mantener la posición del orador. El resto debe estar en posición de relax, lo cual facilita una respiración rítmica y tranquila.
d) Alcance de voz: Para llegar hasta el último oyente de la sala, debe pensarse que el discurso va dirigido a él. De esta manera se da a la voz la fuerza suficiente para cubrir todo el auditorio.
e) Ejercicios de educación vocal:

i. Sentarse en el piso con el tórax erguido y pernas cruzadas con las manos sobre las rodillas (Posición “Buda”). Aspirar profundamente dilatando el diafragma. Mantener unos segundos el aire y luego exhalarlo contrayendo el diafragma. Repetir rítmicamente durante 15 minutos diarios.
ii. En la misma posición anterior, durante la exhalación contar en voz alta números en escala ascendente. tratar de llegar cada vez más adelante en cada exhalación. Duración: 5 minutos diarios.
iii. Igual que el anterior pero recitando una poesía en lugar de contar. Luego leyendo un libro. Duración: 15 minutos diarios.
iv. En lugar de leer, repetir la siguiente frase preparada especialmente:
“ALIBOMA SAMI CAEITIÉ”
En cada exhalación debe repetirse varias veces esta frase. No debe desperdiciarse aire sin pronunciar palabras. Duración: 15 minutos.
v. Otro ejercicio consiste en repetir el siguiente verso también específicamente preparado:
“Su su su su
“aprile no ce piú
“il maio ritornato
“aprile no se piú”
Debe repetirse varias veces, hasta agotar el aire existente en los pulmones. Cada vez debe decirse más veces la poesía, aumentando así la capacidad torácica. Duración: 15 minutos.
vi. En la misma posición de “Buda” aspirar profundamente. Luego decir “ritorna mío bene” de la siguiente manera: al comenzar la exhalación pronunciar “ritoooooo...” prolongando la palabra hasta sentir que se acaba el aire. En este momento, concluir con “...oorna mío bene”. Es importante fijar un punto lejano (30 metros) y tratar que la voz llegue a él.
vii. Un último ejercicio consiste simplemente en leer, en posición normal, de pie o sentado, algún capítulo o poesía. Debe escucharse la propia voz, tratando de hablar con poca velocidad y mucha claridad. Es fundamental abrir bien la boca para que se produzca una buena resonancia de la voz. Debe darse distintas tonalidades a la voz, para que no resulte monótona. Es importante, por último, ser cuidadoso y actuar de forma natural, de manera que el oyente no descubra nuestras técnicas de lanzamiento.

43. EVITAR LA MONOTONÍA: Entre las diferencias esenciales que pueden establecerse entre el hombre y el animal irracional, nos adherimos a los antropólogos en que el hombre es el único ser capaz de crear. Así, nos encontramos con una frondosa historia del arte en todas sus ramas: pintura, música, literatura, arquitectura.
¿Pensamos alguna vez si combinamos todo este poder exclusivo del “homo sapiens” en nuestras actividades cotidianas? Tal vez si lo intentáramos podríamos descubrir en cada uno de nosotros enormes potencialidades que en muchos casos desaprovechamos, convirtiendo nuestras vidas en engranajes de una enorme maquinaria que nos transforma en seres incomunicados, autómatas y algunos otros adjetivos, tan de moda.
No podemos negar que el arma fundamental de la comunicación es el lenguaje, que nos representa y hace inteligibles nuestras ideas y pensamientos.
¿Por qué no intentar combinar nuestra lengua con el arte a que nos referíamos hace unos instantes, y que no debemos adquirir de afuera sino simplemente descubrir en nosotros?
En nuestro caso – la lengua oral - es fácil y hasta divertido enriquecernos. Actualicemos nuestras capacidades creativas y no neguemos el arte que hay en nuestro mundo interior. Así nos vamos a encontrar con un lenguaje más musical, más comunicativo y que va a expresar mucho mejor aquello que deseemos. Por ejemplo aprendamos a colocar la voz, hablemos lento, pausado, claro; no coloquemos obstáculos para una emisión de sonido (taparnos la boca con la mano, etc.). Busquemos una posición apropiada en la cual podamos respirar correctamente, o sea o bien parados con la espalda bien derecha o bien sentados en las mismas condiciones. Es conveniente relajar los músculos de nuestro cuerpo, otorgando gracia y soltura a los movimientos, y efectuándolos en los momentos precisos.
La musicalidad en la expresión oral se hace presente siempre en forma natural, pero hay pequeñas técnicas que la ayudan. He aquí un gráfico para entonación de un trozo hablado o leído utilizando pausas, subidas y bajadas de la voz según los signos lingüísticos de entonación.
(Punto). (coma) , (punto y coma) ; (dos puntos) : (guión) - (punto) .

Cuando comenzamos una oración elevamos el sonido hasta tornarlo gradualmente cada vez más agudo, en cuanto aparece una coma, nos da la señal de descender la voz, pero sólo algunos grados; la coma es a la vez una pausa breve que debe aprovecharse para inspirar aire. (Siempre la inspiración debe hacerse por la nariz y la espiración por la boca).
Ese aire inspirado nos dará suficiente energía para continuar elevando nuevamente el sonido agudizándolo, hasta una nueva pausa, en nuestro gráfico, un punto y coma. Allí el sonido debe descender paulatinamente más grados que en el caso de la coma. Nuevamente inspiramos, agudizamos la voz y repetimos el proceso descendiendo la voz cada nueva pausa, más grados hasta llegar al punto final.

Aquí debemos hacer una advertencia. El hecho de bajar la voz, no implica ahogarla. Nuestras palabras deben ser oídas desde el comienzo hasta el fin de la oración, y ellas mismas deben escucharse completas. El secreto final del buen orador está en intentarlo, en no defraudarse ante primeros errores, que seguramente cometeremos, nuestro lema debe ser siempre ¡!ADELANTE!!

Simón Rodríguez : Reseña de un visionario y hacedor errante...

viernes, 27 de junio de 2008

Simón Rodríguez nació en Caracas el 28 de octubre de 1769. Pedagogo, pensador filosófico, escritor de densas obras de contenido histórico y sociológico, y conocedor a fondo de la sociedad hispanoamericana. Fue maestro y mentor del Libertador Simón Bolívar.

Hijo expósito, su vida activa de maestro la comenzó en mayo de 1791, cuando el Cabildo de Caracas lo admite para ejercer el cargo en la escuela de primeras letras para niños. Impartió clases al niño Simón Bolívar. Llegó a tener bajo su pupilaje a un grupo de niños que para finales del año 1793 ascendía a 114.

En junio de 1793 se casa con María de los Santos Ronco. En 1794, presenta al Ayuntamiento sus Reflexiones sobre los defectos que vician la escuela de primeras letras de Caracas y el medio para lograr su reforma por un nuevo establecimiento. Se trata de un planteamiento crítico de la enseñanza colonial. En 1795, cuando el niño Bolívar se fuga de la casa de su tutor, es enviado a vivir en la casa de su maestro Simón Rodríguez, bajo la tutoría de éste.

En 1797, a raíz de ser abortada la tentativa revolucionaria de Gual, España y Picornell, el maestro toma la determinación de salir al extranjero. Llega a Kingston (Jamaica), donde residirá algún tiempo y cambiará su nombre por el de Samuel Robinson. Luego viaja a los Estados Unidos, vive en Baltimore como cajista de una imprenta, hasta finales de 1800, y en abril de 1801 se traslada a Francia. Desembarca en Bayona y pasa a París, donde se residencia. Traduce al español la novela Átala, de Chateaubriand. Son los años del ascenso vertiginosos de la estrella de Napoleón Bonaparte. Bolívar, ya viudo, llega a París en 1804. Maestro y alumno se reúnen a poco en Vienay, van a madurar entre los dos una sólida y bella amistad. Rodríguez participa de manera decisiva en el nuevo rumbo de Bolívar: el compromiso para siempre con el destino de su patria .

Simón Rodríguez influye en Bolívar, ya sea con la instrucción en diversas materias y en el carácter. En 1826, los dos amigos se pierden el rastro para no volver a toparse.

Simón Rodríguez en Bogotá por el año de 1824, funda su primer escuela - taller. Luego, dicta clases de botánica, agricultura , anatomía por toda Latinoamérica.

Pero además de educar, Rodríguez expresó sus ideas "vigorosamente y con potente creatividad, en libros, folletos, trabajos para la prensa y hasta en las cartas. En todo eso se halla el pensamiento más original de América en su tiempo. Sus producciones escritas pueden detallarse así: Sociedades Americanas en 1828, libro que él llamaba su Obra Clásica; El Libertador del Mediodía de América y sus compañeros de armas, defendidos por un amigo de la causa social, ciento sesenta páginas interesantemente polémicas; Luces y Virtudes Sociales, libro de sustancia doctrinal, un volumen que junta dos estudios científicos titulados: "Observaciones sobre la empresa de desviar el río Vincocaya", y " La ciudad de Concepción después del terremoto de 1835". Folletos: "Reflexiones sobre los defectos que vician la escuela de primeras letras de Caracas"; "Pródromo" de "Sociedades Americanas en 1828"; "Extracto de la defensa de Bolívar"; "Galeato", para "Luces y Virtudes Sociales"; "Partidos"; "Crítica de las Providencias de Gobierno"; "Extracto sucinto de mi obra sobre la Educación Republicana", y "Consejos de amigo dados al Colegio de Latacunga". Se conservan, además , veintiséis cartas escritas por él".( página 299 del Extracto de la Obra: "Ocho grandes biografías", editado en Venezuela).

Su obra llamada "sociedades americanas"(1828), trabaja e insiste en la necesidad de buscar soluciones propias para los problemas de Hispanoamérica, concepto que sintetiza en una frase: "La América Española es Orijinal= Orijinales han de ser sus instituciones i su gobierno i Orijinales sus medios de fundar uno i otro. O inventamos o erramos".

En los años finales de su vida, Simón Rodríguez va a Guayaquil, donde se perderá buena parte de su obra a causa de un incendio que devastó a buena parte de la ciudad. En 1853, emprende un nuevo viajo al Perú, acompañado por su hijo José y su amigo Camilo Gómez, quien lo asistirá en el momento de su muerte, ocurrida en el pueblo de Amotape el 17 de julio de 1853. Setenta años después, sus restos fueron trasladados al panteón de los Próceres en Lima, y desde allí, al siglo justo de su fallecimiento, fueron devueltos a Caracas, ciudad natal, donde reposan en el "¡Panteón Nacional!".

Este estudioso de Rousseau decía: " no quiero - escribió - parecerme a los árboles que echan raíces en un lugar y no se mueven, sino al viento, al agua, al sol, a todo lo que marchaba sin cesar". Labora sin término, descubre, innova, intuye, crea, percibe a distancia de cien años hacia el porvenir. Pero no lo comprenden; y en ello su drama gigante: "Hay ideas - expresa analizando su propia problemática- que no son del tiempo presente aunque sean modernas, ni de moda aunque sean nuevas. Por querer enseñar más de lo que todos aprenden, pocos me han entendido, muchos me han despreciado y algunos se han tomado el trabajo de perseguirme". (página 298 "Ocho grandes biografías", editado en Venezuela).

A continuación algunos pasajes sobre Simón Rodríguez pertenecientes a la obra de Eduardo Galeano "Memorias del fuego II".

Las ideas de Simón Rodríguez:

Hacen pasar al autor por loco. Déjesele trasmitir sus locuras a los padres que están por nacer.

Se ha de educar a todo el mundo sin distinción de razas ni colores. No nos alucinemos: sin educación popular, no habrá verdadera sociedad.

Instruir no es educar. Enseñen, y tendrán quien sepa; eduquen, tendrán quien haga.

Mandar recitar de memoria lo que no se entiende, es hacer papagayos. No se mande, en ningún caso, hacer a un niño nada que no tenga su <<>> al pie. Acostumbrado el niño a ver siempre la razón respaldando las órdenes que recibe, la echa de menos cuando no la ve, y pregunta por ella diciendo: << ¿Por qué?>>. Enseñen a los niños a ser preguntones, para que, pidiendo el por qué de lo que se les mando hacer, se acostumbren a obedecer a la razón: no a la autoridad, como los limitados, ni a la costumbre como los estúpidos.

En las escuelas deben estudiar juntos los niños y las niñas. Primero, porque así desde niños los hombres aprenden a respetar a las mujeres; segundo, porque las mujeres aprenden a no tener miedo a los hombres. Los varones deben aprender los tres oficios principales: albañilería, carpintería, herrería, porque con tierras, maderas y metales se hacen las cosas más necesarias. Se ha de dar instrucción y oficio a las mujeres, para que no se prostituyan por necesidad, ni hagan del matrimonio una especulación para asegurar su subsistencia.

Al que no sabe, cualquiera lo engaña. Al que no tiene, cualquiera lo compra. (297).

1851 Latucunga:

En lugar de pensar en medos, en persas, en egipcios, pensemos en los indios. Más cuenta nos tiene entender a un indio que a Ovidio. Emprenda su escuela con indios, señor rector.

Simón Rodríguez ofrece sus consejos al colegio del pueblo de Latucunga, en Ecuador; que una cátedra de lengua quechua sustituya a la de latín y que se enseñe física en lugar de teología. Que se implanten maestranzas de albañilería, carpintería y herrería. Por las costas del Pacífico y las montañas de los Andes, de pueblo en pueblo, peregrina don Simón. Él nunca quiso ser árbol, sino viento. Lleva un cuarto de siglo levantando polvo por los caminos de América. Desde que sucre lo echó de Chuquisaca, ha fundado muchas escuelas y fábricas de velas y ha publicada un par de libros que nadie leyó. Con sus propias manos compuso los libros, letra a letra, porque no hay tipógrafo que pueda con tantas llaves y cuadros sinópticos. Este viejo vagabundo, calvo y feo y barrigón, curtido por los soles, lleva a cuestas un baúl lleno de manuscritos condenados por la absoluta falta de dinero y de lectores. Ropa no carga. No tiene más que la puesta.

Bolívar le decía mi maestro, mi Sócrates. Le decía: Usted ha moldeado mi corazón para lo grande y lo hermoso. La gente aprieta los dientes, por no reírse, cuando el loco Rodríguez lanza sus peroratas sobre el trágico destino de estas tierras hispanoamericanas: ¡ Estamos ciegos! ¡ Ciegos!

Casi nadie lo escucha, nadie le cree. Lo tienen por judío, porque va regando hijos por donde pasa y nos los bautiza con nombres de santos, sino que los llama Choclo, Zapallo, Zanahoria y otras herejías. Ha cambiado tres veces de apellido y dice que nació en Caracas, pero también dice que nació en Filadelfia y Sanlucar de Barrameda. Se rumorea que una de sus escuelas, la de Concepción, en Chile, fue arrasada por un terremoto que Dios envío cuando supo que don Simón enseñaba anatomía paseándose en cueros ante los alumnos.

Cada día está más solo don Simón. El más audaz, el más querible de los pensadores de América, cada día más solo.

A los ochenta años, escribe:

" Yo quise hacer de la tierra un paraíso para todos. La hice un infierno para mí.(298)

Las ideas de Simón Rodríguez:

¡ Vea la Europa cómo inventa, y vea la América cómo imita!.

Unos toman por prosperidad el ver sus puertos llenos de barcos... ajenos, y sus casa convertidas en almacenes de efectos... ajenos. Cada día llega una remesa de ropa hecha, y hasta gorras para los indios. En breve se verán paquetitos dorados, con las armas de la corona, conteniendo greda preparada <<>> para los muchachos acostumbrados a comer tierra.

¡ Las mujeres confesándose en francés! ¡ Los misioneros absolviendo pecados en castellano!

La América no debe imitar servilmente, sino ser original.

La sabiduría de la Europa y la prosperidad de los Estados Unidos son, en América, dos enemigos de la libertad de pensar. Nada quieren las nuevas repúblicas admitir, que no traiga el pase... Los estadistas de esa naciones, no consultaron para sus instituciones sino la razón; y ésta la hallaron en su suelo. ¡ imiten la originalidad, ya que tratan de imitar todo!.

¿Dónde iremos a buscar modelos?. Somos independientes, pero no libres; dueños del suelo, pero no de nosotros mismos.

Abramos la historia: y por lo que aún no está escrito, lea cada uno en su memoria. (285).

(285). Rodríguez, Simón, Sociedades Americanas, edición facsimilar, con prólogo de Germán Carrera Damas y J.A. Cora, Catalá/ Centauro,1975.

(297). Ideario de Simón Rodríguez, Caracas, Centauro, 1980.

(298). Simón Rodríguez, Caracas, Centauro, 1976.

Nota: El texto sobre Simón Rodríguez s sin previa cita fue sacado de los archivos d la Corporación Universitaria Ibaqué (página Wed) .


Artículo publicado en la revista
GENTEINVISIBLE nº1 del año 2000. Chile

Paulo Freire, el último gran pedagogo

A menudo se señala a Freire como entre los últimos pedagogos que han analizado la problemática educativa desde un punto de vista integral.

Contexto

Muchas veces se ha mencionado que la alianza entre la Unión Soviética con Gran Bretaña, Estados Unidos y Francia en la Segunda Guerra Mundial era un pacto meramente circunstancial. La convivencia prolongada entre los regímenes comunistas y democráticos se haría imposible una vez finalizada la contienda. La "guerra fría" sobre el final de la segunda guerra, enfrentó así a dos superpotencias: EEUU por un lado y la URSS por el otro.

Durante esta época (1855-1980 aprox.), el mundo estaba dividido en un sistema bipolar rígido, en el que no eran admitidas posiciones intermedias, que alineaba a dos bloques de países agrupados en torno a las potencias imperiales: Estados Unidos y la Unión Soviética. El mundo de la posguerra había sido preparado para contemplar la hegemonía de los tres grandes, pero el agotamiento del Reino Unido y los graves problemas que le acarreó su proceso descolonizador, le forzaron a descargar paulatinamente su peso internacional en los norteamericanos, que se convirtieron así en el contrafrente occidental del bloque soviético.

El apogeo del capitalismo en Occidente durante el período de la Guerra Fría, coincide con la mayor oposición al sistema. Durante estas décadas, las desigualdades reflejadas en sectores marginados del desarrollo capitalista, genera un espacio propicio para las ideologías revolucionarias que abrigaban la esperanza de modificar la situación.

De este modo se encontraban por un lado aristocracias-oligarquías y por el otro, las masas urbano-campesinas, ambos extremos, enfrentados como consecuencia natural de la polarización ideológica que caracterizó a este período. Los conservadores-liberales, se opusieron así a distintos sectores de izquierda de variado origen, incluyendo a los Sacerdotes católicos tercermundista, Comunidades cristianas de base, etc.

La propuesta de Paulo Frerie se alinea en la crítica ideológica al sistema capitalista y establece las bases para una educación al servicio de la liberación revolucionaria.

Deshumanización: Las críticas de Freire al sistema capitalista

Freire señala la "deshumanización" como consecuencia de la opresión. Esta, afecta no solamente a los oprimidos sino también a aquellos que oprimen.

La violencia ejercida por los opresores, tarde o temprano, genera alguna reacción por parte de los oprimidos, y estos, generalmente anhelan convertirse en opresores de sus ex - opresores. Sin embargo, los oprimidos tienen para sí el desafío de transformarse en los restauradores de la libertad de ambos.

Los oprimidos son descriptos por Freire como seres duales que, de algún modo "idealizan" al opresor. Se trata pues, de una contradicción: en vez de la liberación, lo que prevalece es la identificación con el contrario: es la sombra testimonial del antiguo opresor. Ellos temen a la libertad porque ésta les exigirá ser autónomos y expulsar de sí mismos la sombra de los opresores. De esta forma, debería nacer un hombre nuevo que supere la contradicción: ni opresor ni oprimido: un hombre liberándose.

Pero no basta conocer la relación dialéctica entre el opresor y el oprimido para alcanzar la liberación. Es necesario que éste se entregue a la praxis liberadora . Cuando más descubren las masas populares la realidad objetiva sobre la cual deben incidir su acción transformadora, más se insertan críticamente. Lo mismo sucede con el opresor, el que este reconozca su rol, no equivale a solidarizarse con los oprimidos, estas actitudes, que en la práctica se observan en el asistencialismo, no son sino un reesfuerzo de la dependencia, intentando minimizar la culpa con una conducta paternalista. La verdadera solidaridad debería expresarse transformándolos a estos como hombres reales despojados de una situación de injusticia.

La violencia de los opresores convierte a los oprimidos en hombres a quienes se les prohibe ser, y la respuesta de éstos a la violencia es el anhelo de búsqueda del derecho a ser. Pero solamente los oprimidos podrán liberar a los opresores a través de su propia liberación. Los oprimidos deben luchar como hombres y no como objetos, este es el descubrimiento con el que deben superar las estructuras impuestas por la oposición.

Educación Bancaria: el saber como un depósito

En la educación bancaria la contradicción es mantenida y estimulada ya que no existe liberación superadora posible. El educando, sólo un objeto en el proceso, padece pasivamente la acción de su educador.

En la concepción bancaria, el sujeto de la educación es el educador el cual conduce al educando en la memorización mecánica de los contenidos. Los educandos son así una suerte de "recipientes" en los que se "deposita" el saber.

El educador no se comunica sino que realiza depósitos que los discípulos aceptan dócilmente. El único margen de acción posible para los estudiantes es el de archivar los conocimientos.

El saber, es entonces una donación. Los que poseen el conocimiento se lo dan a aquellos que son considerados ignorantes. La ignorancia es absolutizada como consecuencia de la ideología de la opresión, por lo cual es el otro el que siempre es el poseedor de la ignorancia.

De este modo, a mayor pasividad, con mayor facilidad los oprimidos se adaptarán al mundo y más lejos estarán de transformar la realidad.

De este modo, la educación bancaria es un instrumento de la opresión porque pretende transformar la mentalidad de los educandos y no la situación den la que se encuentran

Freire señala sin embargo, que incluso una educación bancaria puede despertar la reacción de los oprimidos, porque, aunque oculta, el conocimiento acumulado en los "depósitos" pone en evidencia las contradicciones. No obstante, un educador humanista revolucionario no debería confiarse de esta posibilidad sino identificarse con los educandos y orientarse a la liberación de ambos.

Pero tanto el educador como los educandos, así como también los líderes y las masas, se encuentran involucrados en una tarea en la que ambos deberían ser sujetos. Y no se trata tan solo de descubrir y comprender críticamente sino también de recrear el conocimiento. De esta manera, la presencia de los oprimidos en la búsqueda de su liberación deberá entenderse como compromiso.

Educación Problematizadora: diálogo liberador

La propuesta de Freire es la "Educación Problematizadora" que niega el sistema unidireccional propuesto por la "Educación bancaria" ya que da existencia a una comunicación de ida y vuelta.

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En esta concepción no se trata ya de entender el proceso educativo como un mero depósito de conocimientos sino que es un acto cognoscente y sirve a la liberación quebrando la contradicción entre educador y educando. Mientras la "Educación Bancaria" desconoce la posibilidad de diálogo, la "Problematizadora" propone una situación gnoseológica claramente dialógica.

Desde esta nueva perspectiva, el educador ya no es sólo el que educa sino que también es educado mientras establece un diálogo en el cual tiene lugar el proceso educativo. De este modo se quiebran los argumentos de "autoridad": ya no hay alguien que eduque a otro sino que ambos lo hacen en comunión.

El educador no podrá entonces "apropiarse del conocimiento" sino que éste será sólo aquello sobre los cuáles educador y educando reflexionen.

La educación, como práctica de la libertad, implica la negación del hombre aislado del mundo, propiciando la integración.

La construcción del conocimiento se dará en función de la reflexión que no deberá ser una mera abstracción. El hombre, siempre deberá ser comprendido en relación a su vínculo con el mundo.

Y finalmente, Freire señalará que así como la "Educación Bancaria" es meramente asistencial, la "Educacion Problematizadora" apunta claramente hacia la liberación y la independencia. Orientada hacia la acción y la reflexión de los hombres sobre la realidad, se destruye la pasividad del educando que propicia la adaptación a una situación opresiva. Esto se traduce en la búsqueda de la transformación de la realidad, en la que opresor y oprimido encontrarán la liberación humanizándose.

La dialogidad: Esencia de la educación como práctica de libertad

Acción y reflexión

"Al iniciar este capítulo sobre la dialogicidad de la educación, con el cual estaremos continuando el análisis hecho en el anterior, a propósito de la educación problematizadora, nos parece indispensable intentar algunas consideraciones en torno de la esencia del diálogo. Profundizaremos las afirmaciones que hicimos con respecto al mismo tema en "La educación como práctica de la libertad"

Al intentar un adentramiento en el diálogo, como fenómeno humano, se nos revela la palabra: de la cual podemos decir que es el diálogo mismo. Y, al encontrar en el análisis del diálogo la palabra como algo más que un medio para que éste se produzca, se nos impone buscar, también, sus elementos constitutivos.

Esta búsqueda nos lleva a sorprender en ella dos dimensiones —acción y reflexión— en tal forma solidarias, y en una interacción tan radical que, sacrificada, aunque en parte, una de ellas, se resiente inmediatamente la otra. No hay palabra verdadera que no sea una unión inquebrantable entre acción y reflexión y, por ende, que no sea praxis. De ahí que decir la palabra verdadera sea transformar el mundo.

La palabra inauténtica, por otro lado, con la que no se puede transformar la realidad, resulta de la dicotomía que se establece entre sus elementos constitutivos. En tal forma que, privada la palabra de su dimensión activa, se sacrifica también, automáticamente, la reflexión, transformándose en palabrería, en mero verbalismo. Por ello alienada y alienante. Es una palabra hueca de la cual no se puede esperar la denuncia del mundo, dado que no hay denuncia verdadera sin compromiso de transformación, ni compromiso sin acción.

Si, por lo contrario, se subraya o hace exclusiva la acción con el sacrificio de la reflexión, la palabra se convierte en activismo. Éste, que es acción por la acción, al minimizar la reflexión, niega también la praxis verdadera e imposibilita el diálogo.

Cualquiera de estas dicotomías, al generarse en formas inauténticas de existir, genera formas inauténticas de pensar que refuerzan la matriz en que se constituyen.

La existencia, en tanto humana, no puede ser muda, silenciosa, ni tampoco nutrirse de falsas palabras sino de palabras verdaderas con las cuales los hombres transforman el mundo. Existir, humanamente, es "pronunciar" el mundo, es transformarlo. El mundo pronunciado, a su vez, retorna problematizado a los sujetos pronunciantes, exigiendo de ellos un nuevo pronunciamiento.

Los hombres no se hacen en el silencio, sino en la palabra, en el trabajo, en la acción, en la reflexión.

Mas si decir la palabra verdadera, que es trabajo, que es praxis, es transformar el mundo, decirla no es privilegio de algunos hombres, sino derecho de todos los hombres. Precisamente por esto, nadie puede decir la palabra verdadera solo, o decirla para los otros, en un acto de prescripción con el cual quita a los demás el derecho de decirla. Decir la palabra, referida al mundo que se ha de transformar, implica un encuentro de los hombres para esta transformación.

El diálogo es este encuentro de los hombres, mediatizados por el mundo, para pronunciarlo no agotándose, por lo tanto, en la mera relación yo-tú.

Ésta es la razón que hace imposible el diálogo entre aquellos que quieren pronunciar el mundo y los que no quieren hacerlo, entre los que niegan a los demás la pronunciación del mundo, y los que no la quieren, entre los que niegan a los demás el derecho de decir la palabra y aquellos a quienes se ha negado este derecho. Primero, es necesario que los que así se encuentran, negados del derecho primordial de decir la palabra, reconquisten ese derecho prohibiendo que continúe este asalto deshumanizante.

Si diciendo la palabra con que al pronunciar el mundo los hombres lo transforman, el diálogo se impone como el camino mediante el cual los hombres ganan significación en cuanto tales.

Por esto, el diálogo es una exigencia existencial. Y siendo el encuentro que solidariza la reflexión y la acción de sus sujetos encauzados hacia el mundo que debe ser transformado y humanizado, no puede reducirse a un mero acto de depositar ideas de un sujeto en el otro, ni convertirse tampoco en un simple cambio de ideas consumadas por sus permutantes.

Tampoco es discusión guerrera, polémica, entre dos sujetos que no aspiran a comprometerse con la pronunciación del mundo ni con la búsqueda de la verdad, sino que están interesados solamente en la imposición de su verdad".

(FREIRE, Paulo:(1999) Pág. 99, 100 y 101.)

Yno podemos dejar de recordar que para Freire, la palabra tiene dos fases cosntitutivas indisolubles: acción y reflexión. Ambas en relación dialéctica establecen la praxis del proceso transformador. La reflexión sin acción, se reduce al verbalismo esteril y la acción sin reflexión es activismo. La palabra verdadera es la praxis, porque los hombres deben actuar en el mundo para humanizarlo, transformarlo y liberalo.

G.C.

Bibliografía general:

Freire Paulo, Pedagogía del Oprimido, Editorial Siglo Veintiuno, México 1999


 
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